Esta es una entrada muy poco glamurosa, pero a la vez muy práctica. La información que acompaño te puede salvar de un buen susto, y puede servir para ayudar a solucionar una grave avería.
Con los años, los enlaces de fibra óptica se han vuelto muy robustos. A pesar de ser la fibra óptica un hilo de vidrio de un diámetro tan reducido como son ciento veinte y cinco micras, el recubrimiento del cable y los conectores hacen que sea muy resistente a agresiones como son los tirones, pisadas, dobleces, agua, roedores, rayos, etc. Pero atención, la fibra presenta un punto débil, la punta del conector. El conector es un elemento mecánico que centra y alinea el extremo de la fibra con la fibra y el conector que se enfrenta. En esta punta podemos encontrar el monstruo de las transmisiones ópticas, la pesadilla de las redes de fibra: el polvo y la suciedad. Teniendo en cuenta que el núcleo de la fibra es de entre diez, y sesenta y dos micras, y que el haz de transmisión óptica ocupa un espacio de unas ocho micras, una mota de polvo es un obstáculo insalvable. El polvo y cualquiera de sus malignos compañeros: aceite, grasa, arañazos, pueden taponar el canal de transmisión y producir una interrupción y avería en el enlace.
El problema es tan grave, que se ha aprobado la norma IEC 61300-3-35 para caracterizar el estado de los conectores según el tamaño de la suciedad y el lugar donde se encuentra.
¿Qué hacer?
- Proteger las puntas de fibra (bandejas de fibra, latiguillos, puertos de equipos, etc) con tapones. Si los has perdido, telex podemos proporcionarte nuevos tapones.
- Al realizar una conexión limpiar siempre los dos conectores utilizando un spray de aire, o toallitas con alcohol.
- Realizar controles visuales periódicos de los extremos de la fibra.
Puedes confiar en telex el mantenimiento y conservación de tus enlaces de fibra. Nosotros nos encargaremos de inspeccionar el estado de los conectores, y realizar la limpieza periódica de los conectores, asegurando el funcionamiento ininterrumpido de la red.